¿Viviendo… o sobreviviendo?
¿Has sentido que estás en piloto automático? Tipo: te levantas, haces café, contestas mensajes, respiras hondo para no explotar, y repites. Felicidades: podrías estar atrapada en la mentalidad de supervivencia.
Bienvenida al club… sin beneficios.
La mentalidad de supervivencia es como ese amigo que solo habla de lo mal que está todo… pero no hace nada. Vive en modo “aguantar”, como si la vida fuera una sala de espera eterna.
Y lo peor es que, muchas veces, ni te das cuenta que estás ahí. Hasta que alguien te pregunta:
“¿Y tú qué quieres?”
Y tú:
“No sé… solo que no me explote el celular hoy.”
¿Qué es exactamente la mentalidad de supervivencia?
Según Brendon Burchard, es vivir desde el miedo, el control y el mínimo esfuerzo. No porque seas floja, sino porque tu sistema nervioso está más ocupado evitando el caos que creando algo nuevo.
Es como vivir con una alarma invisible todo el día:
- “No quiero que me pase nada malo.”
- “Mejor no digo nada para no molestar.”
- “Con que alcance para pagar las cuentas, estoy bien.”
Pero adivina qué: eso no es vivir. Eso es flotar con el cinturón salvavidas puesto… ¡en la tina!
Síntomas clásicos de la supervivencia con WiFi:
- Tu frase favorita es “ya fue”.
Aunque no haya pasado nada. Estás rindiéndote por adelantado. ¡Campeona mundial en autoboicot preventivo! - Dices que estás “tranquila”… pero por dentro estás gritando.
Supervivencia nivel ninja: nadie se entera que estás al borde del colapso. - Te cuesta soñar.
No porque no quieras, sino porque te da miedo ilusionarte y que no funcione. Mejor no te ilusionas y así no duele. Lógica de superviviente. - Estás agotada por cosas que ni siquiera has hecho.
Solo pensar en cambiar algo te da sueño. Y pereza existencial.
¿Por qué caemos en esta mentalidad?
Porque el mundo nos entrenó para eso. Porque nos enseñaron que lo seguro es no arriesgar. Que lo bueno dura poco. Que pedir más es de desagradecida.
Y entonces tu alma quiere crecer, pero tu mente le grita:
“¡Cállate, no estamos listas para eso!”
¿Cómo salirse del modo “solo respiro para no morir”?
Aquí van algunos hacks para ir saliendo (spoiler: no necesitas quemar incienso… pero ayuda):
- Hazte la pregunta mágica:
¿Estoy sobreviviendo o estoy creando?
Si la respuesta te duele, ahí está el camino. - Agrega intención a lo cotidiano:
No es cambiar todo hoy, es preguntarte: ¿qué puedo hacer distinto en esta rutina que me devuelva un poco de vida? - Rodéate de gente que vibra diferente.
Personas que no solo se quejan, sino que se preguntan: ¿y si lo hacemos de otra manera? - Empieza pequeño, pero empieza.
Porque un paso consciente vale más que mil días aguantando.
En resumen:
La mentalidad de supervivencia es como vivir con el freno de mano puesto: no avanzas, pero igual te cansas.
No estás aquí para aguantar la vida. Estás aquí para vivirla, con propósito, con coraje… y con una buena dosis de humor, porque reír también es terapia.
Y tu… ¿Sientes que estás en modo supervivencia? ¿Te gustaría volver a conectar con tu energía creativa y transformadora? Escríbeme o deja tu comentario. Nadie dijo que había que renacer sola… ¡ni sin reírnos en el camino!